¿No te gusta tu universidad? Piensa en un traslado

La vida universitaria tiene muchos matices. Uno de estos es la posibilidad de cambiarte o hacer un traslado de universidad en cualquier punto de tu carrera.

Para algunas personas es una pérdida de tiempo, por los trámites que se necesitan. Otros no le ven mayor beneficio. Pero hay estudiantes, en cambio, que entienden que hacer un traslado en mitad de una carrera puede marcar la diferencia en su vida académica.

Los traslados pueden justificarse en la mente de un estudiante bajo cualquier premisa. Lo ideal es analizar de forma profunda la necesidad de hacerlo. De esta manera resultará sencillo explicar el movimiento a los padres, compañeros e incluso profesores.

Las principales razones para un traslado, las que le otorgan un valor real, son los siguientes.

Puede ocurrir que durante la carrera empieces a sentirte desmotivado. Quizás parece que no estás aprendiendo demasiado y no percibes un avance real. Te sigue gustando tu carrera, pero sientes tambalear el andamiaje profesional.

En este escenario puede que necesites trasladarte a una universidad con una mayor exigencia académica. Esta exigencia suele estar acompañada de una calidad más alta por el lado de la institución. Este nuevo aire, con nuevos profesores, compañeros y formas evaluativas, puede darte el impulso que necesitas para llegar al final de tu carrera universitaria.

Hay circunstancias ajenas al entorno académico que pueden jugar un papel a la hora de hacer un traslado. Las limitaciones económicas se cuentan entre estas.

No es necesario entrar en detalles sobre la situación económica de tu familia. Lo que importa es lograr que puedas culminar tus estudios. No hay razones para avergonzarte si tu cambio de universidad se debe a este motivo.

De hecho, en el proceso puede que te encuentres con una universidad con un programa de becas al que puedas aplicar.

Algunos estudiantes no consideran la oferta de actividades extracurriculares cuando escogen una casa de estudios. Sin embargo, con el paso de los semestres empiezan a notar que esto pudo ser un error.

No encontrar un espacio dentro del campus donde desarrollar tus pasiones, como el deporte, la música o el teatro, puede impactar tu desarrollo profesional. Por lo que este es un factor tan válido como cualquier otro para hacer un traslado.

Quizás cuando ingresaste a la universidad, esta quedaba cerca de tu casa. Puede que tus padres te dieran un aventón a diario. Incluso tomando el transporte público no era mucho problema.

Pero puede que tu familia cambiara de barrio, o incluso que consiguieras un trabajo, por lo que tu universidad actual ya no queda “a la vuelta”. Es fácil entender por qué buscarías cambiar de universidad. El tiempo lo es todo y necesitas sacarle el jugo al día.

Algunos intentarán esgrimir que mejor sigas como estás. Conocidos te dirán que es igual ya no te falta tanto, que aguantes. Al final el único juez sobre esto eres tú mismo.

Al momento de planear tu traslado, ten en cuenta estos factores para que no te tomen por sorpresa.

• Costo de la convalidación: El proceso de convalidación de cursos y traslado tiene asociado un costo económico que tendrás que asumir. Este dependerá de la cantidad de créditos que vayas a convalidar.
  • En caso de que tu traslado se deba a problemas de licenciamiento en tu universidad, puedes postular a la Beca Traslado y ayudarte a disminuir los costos de este proceso.
• Validez de la malla curricular: es importante que verifiques las similitudes y diferencias entre las mallas curriculares de cada universidad, incluso el abordaje de cada materia. Los distintos enfoques implican que te enfrentarás a atrasos que pueden oscilar entre uno o dos semestres.

Es tu bienestar, como individuo y estudiante, el que estás manejando. Si tus razones son de peso, adelante. Convérsalo con tu familia, déjales saber cómo te sientes. Al final son un equipo y, si bien la decisión es tuya, agradecerán que les expliques tus motivos.